Los Peligros que nos Amenazan

No se trata de una cuestión ideológica relacionada conla esperanza irremediable de que un mundo mejor  es y debe ser posible.
Es conocido que el homo sapiens existe desde hace aproximadamente 200 mil años, lo que equivale a un minúsculo espacio del tiempo transcurrido desde que surgieron las primeras formas de vida elementales en nuestro planeta hace alrededor de tres mil millones de años.

Las respuestas ante los insondables misterios de la vida y la naturaleza han sido fundamentalmente de carácter religioso. Carecería de sentido pretender que fuese de otra forma, y tengo la convicción de que nunca dejará de ser así. Mientras más profundiza la ciencia en la explicación del universo, el espacio, el tiempo, la materia y la energía, las infinitas galaxias y las teorías sobre el origen de las constelaciones y estrellas, los átomos y fracciones de los mismos que dieron origen a la vida y la brevedad de la misma, y los millones y millones de combinaciones por segundo que rigen su existencia, más preguntas se hará el hombre en busca de explicaciones que serán cada vez más complejas y difíciles.

Mientras más se enfrascan los seres humanos en buscar respuestas a tan profundas y complejas tareas que se relacionan con la inteligencia, más valdrán la pena los esfuerzos por sacarlos de su colosal ignorancia sobre las posibilidades reales de lo que nuestra especie inteligente ha creado y es capaz de crear. Vivir e ignorarlo es la negación total de nuestra condición humana.

Algo, sin embargo, es absolutamente cierto, muy pocos se imaginan cuán cerca puede estar la desaparición de nuestra especie. Hace casi 20 años, en una Cumbre Mundial sobre el Medio Ambiente en Río de Janeiro, abordé ese peligro ante un público selecto de Jefes de Estado y de Gobierno que escuchó con respeto e interés, aunque nada preocupado por el riesgo que veía a distancia de siglos, tal vez milenios. Para ellos, con seguridad, la tecnología y la ciencia, más un sentido elemental de responsabilidad política, serían capaces de enfrentarlo. Con una gran foto de personajes importantes, los más poderosos e influyentes entre ellos, concluyó feliz aquella importante Cumbre. No había peligro alguno.

Del cambio climático apenas se hablaba. George Bush, padre, y otros relumbrantes líderes de la Alianza Atlántica, disfrutaban la victoria sobre el campo socialista europeo. La Unión Soviética fue desintegrada y arruinada. Un inmenso caudal del dinero ruso pasó a los bancos occidentales, su economía se desintegró, y su escudo defensivo frente a las bases militares de la OTAN, había sido desmantelado.

A la antigua superpotencia que aportó la vida de más de 25 millones de sus hijos en la segunda guerra mundial, le quedó solo la capacidad de respuesta estratégica del poder nuclear, que se había visto obligada a crear después que Estados Unidos desarrolló en secreto el arma atómica lanzada sobre dos ciudades japonesas, cuando el adversario vencido por el avance incontenible de las fuerzas aliadas no estaba ya en condiciones de combatir.

Se inició así la Guerra Fría y la fabricación de miles de armas termonucleares, cada vez más destructivas y precisas, capaces de aniquilar varias veces la población del planeta. El enfrentamiento nuclear sin embargo continuó, las armas se hicieron cada vez más precisas y destructivas. Rusia no se resigna al mundo unipolar que pretende imponer Washington. Otras naciones como China, India y Brasil emergen con inusitada fuerza económica.

Por primera vez, la especie humana, en un mundo globalizado y repleto de contradicciones, ha creado la capacidad de destruirse a sí misma. A ello se añaden armas de crueldad sin precedentes, como las bacteriológicas y químicas, las de napalm y fósforo vivo, que son usadas contra la población civil y disfrutan de total impunidad, las electromagnéticas y otras formas de exterminio. Ningún rincón en las profundidades de la tierra o de los mares quedaría fuera del alcance de los actuales medios de guerra.

Se conoce que por estas vías han sido creados decenas de miles de artefactos nucleares, incluso de carácter portátil.

El mayor peligro deriva de la decisión de líderes con tales facultades en la toma de decisión, que el error y la locura, tan frecuentes en la naturaleza humana, pueden conducir a increíbles catástrofes.

Han transcurrido casi 65 años desde que estallaron los dos primeros artefactos nucleares, por la decisión de un sujeto mediocre que tras la muerte de Roosevelt quedó al mando de la poderosa y  rica potencia norteamericana. Hoy son ocho los países que, en su mayoría por el apoyo de Estados Unidos, disponen de esas armas, y varios más disfrutan de la tecnología y los recursos para fabricarlas en un mínimo de tiempo. Grupos terroristas, enajenados por el odio, podrían ser capaces de acudir a ellas, del mismo modo que gobiernos terroristas e irresponsables no vacilarían en usarlas dada su conducta genocida e incontrolable.

La industria militar es la más próspera de todas y Estados Unidos el mayor exportador de armas.

Si de todos los riesgos mencionados se libera nuestra especie, existe uno todavía mayor, o al menos más ineludible: el cambio climático.

La humanidad cuenta hoy con siete mil millones de habitantes, y pronto, en un plazo de 40 años, alcanzará nueve mil millones, una cifra nueve veces mayor que hace apenas 200 años. En tiempos de la antigua Grecia, me atrevo a suponer que éramos alrededor de 40 veces menos en todo el planeta.

Lo asombroso de nuestra época es la contradicción entre la ideología burguesa imperialista y la supervivencia de la especie. No se trata ya de que exista la justicia entre los seres humanos, hoy más que posible e irrenunciable; sino del derecho y las posibilidades de supervivencia de los mismos.

Cuando el horizonte de los conocimientos se amplía hasta límites jamás concebidos, más se acerca el abismo adonde la humanidad es conducida. Todos los sufrimientos conocidos hasta hoy son apenas sombra de lo que la humanidad pueda tener por delante.

Tres hechos ocurrieron en solo 71 días, que la humanidad no puede pasar por alto.

El 18 de diciembre de 2009, la comunidad internacional sufrió el mayor descalabro de la historia, en su intento de buscar solución al más grave problema que amenaza el mundo en este instante: la necesidad de poner fin con toda urgencia a los gases de efecto invernadero que están provocando el más grave problema enfrentado hasta hoy por la humanidad. Todas las esperanzas habían sido puestas en la Cumbre de Copenhague después de años de preparación con posterioridad al Protocolo de Kyoto, que el Gobierno de Estados Unidos —el más grande contaminador del mundo— se había dado el lujo de ignorar. El resto de la comunidad mundial, 192 países, esta vez incluyendo a Estados Unidos, se habían comprometido a promover un nuevo acuerdo. Fue tan vergonzoso el intento norteamericano de imponer sus intereses hegemónicos que, violando elementales principios democráticos, intentó establecer condiciones inaceptables para el resto del mundo de forma antidemocrática, en virtud de compromisos bilaterales con un grupo de los países más influyentes de las Naciones Unidas.

A los Estados que integran la organización internacional se les invitó a firmar un documento que constituye una burla, en el que se habla de aportes futuros meramente teóricos para frenar el cambio climático.

No habían transcurrido todavía tres semanas cuando, al atardecer del 12 de enero, Haití, el país más pobre del hemisferio y el primero en poner fin al odioso sistema de la esclavitud, sufrió la mayor catástrofe natural en la historia conocida de esta parte del mundo: un terremoto de 7,3 grados en la escala Richter, a solo 10 kilómetros de profundidad y a muy corta distancia de la orilla de sus costas, golpeó la capital del país, en cuyas débiles casas de barro vivían la inmensa mayoría de las personas que resultaron muertas o desaparecidas. Un país montañoso y erosionado de 27 mil kilómetros cuadrados, donde la leña constituye prácticamente la única fuente de combustible doméstica para nueve millones de personas.

Si en algún lugar del planeta una catástrofe natural ha constituido una inmensa tragedia es Haití, símbolo de pobreza y subdesarrollo, donde viven los descendientes trasladados de África por los colonialistas para trabajar como esclavos de los amos blancos.

El hecho conmocionó al mundo en todos los rincones del planeta, estremecido por las imágenes fílmicas divulgadas que rayaban en lo increíble. Los heridos, sangrantes y graves, se movían entre los cadáveres clamando por auxilio. Bajo los escombros yacían los cuerpos de sus seres queridos sin vida. El número de víctimas mortales, según cálculos oficiales, superó las 200 mil personas.

El país ya estaba intervenido por fuerzas de la MINUSTAH, que las Naciones Unidas enviaron para restablecer el orden subvertido por fuerzas mercenarias haitianas que, instigadas por el Gobierno de Bush, se lanzaron contra el Gobierno elegido por el pueblo haitiano. Algunos edificios donde moraban soldados y jefes de las fuerzas de paz también se desplomaron, causando dolorosas víctimas.

Los partes oficiales estiman que, aparte de los muertos, alrededor de 400 mil haitianos fueron heridos y varios millones, casi la mitad de la población total, sufrieron afectaciones. Era una verdadera prueba para la comunidad mundial, que después de la bochornosa Cumbre de Dinamarca estaba en el deber de mostrar que los países desarrollados y ricos serían capaces de enfrentar las amenazas del cambio climático a la vida en nuestro planeta. Haití debe constituir un ejemplo de lo que los países ricos deben hacer por las naciones del Tercer Mundo ante el cambio climático.

Se puede creer o no, desafiando los datos, a mi juicio irrebatibles, de los más serios científicos del planeta y la inmensa mayoría de las personas más instruidas y serias del mundo, quienes piensan que al ritmo actual de calentamiento, los gases de efecto invernadero elevarán la temperatura no solo 1,5 grados, sino hasta 5 grados, y que ya la temperatura media es la más alta en los últimos 600 mil años, mucho antes de que los seres humanos existieran como especie en el planeta.

Es absolutamente impensable que nueve mil millones de seres humanos que habitarán el mundo en el 2050 puedan sobrevivir a semejante catástrofe. Queda la esperanza de que la propia ciencia encuentre solución al problema de la energía que hoy obliga a consumir en 100 años más el resto del combustible gaseoso, líquido y sólido que la naturaleza tardó 400 millones de años en crear. La ciencia tal vez puede encontrar solución a la energía necesaria. La cuestión sería saber cuánto tiempo y a qué costo los seres humanos podrán enfrentar el problema, que no es el único, ya que otros muchos minerales no renovables y graves problemas requieren solución. De una cosa podemos estar seguros, a partir de todos los conceptos hoy conocidos: la estrella más próxima está a cuatro años luz de nuestro Sol, a una velocidad de 300 mil kilómetros por segundo. Una nave espacial tal vez recorra esa distancia en miles de años. El ser humano no tiene otra alternativa que vivir en este planeta.

Parecería innecesario abordar el tema si a solo 54 días del terremoto de Haití, otro increíble sismo de 8,8 grados de la escala Richter, cuyo epicentro estaba a 150 kilómetros de distancia y 47,4 de profundidad al noroeste de la ciudad de Concepción, no ocasionara otra catástrofe humana en Chile. No fue el mayor de la historia en ese hermano país, se dice que otro alcanzó 9 grados, pero esta vez no fue solo un fenómeno de efecto sísmico; mientras en Haití durante horas se esperó un maremoto que no se produjo, en Chile el terremoto fue seguido por un enorme tsunami, que apareció en sus costas entre casi 30 minutos y una hora después, según la distancia y datos que todavía no se conocen con toda precisión y cuyas olas llegaron hasta Japón. De no ser por la experiencia chilena frente a los terremotos, sus construcciones más sólidas y sus mayores recursos, el fenómeno natural habría costado la vida a decenas de miles o tal vez cientos de miles de personas. No por ello dejó de ocasionar alrededor de mil víctimas mortales, según datos oficiales divulgados, miles de heridos y tal vez más de dos millones de personas sufrieron daños materiales. Casi la totalidad de su población de 17 millones 94 mil 275 habitantes, sufrió terriblemente y aún padece las consecuencias del sismo que duró más de dos minutos, sus reiteradas réplicas, y las terribles escenas y sufrimientos que dejó el tsunami a lo largo de sus miles de kilómetros de costa. Nuestra Patria se solidariza plenamente y apoya moralmente el esfuerzo material que la comunidad internacional está en el deber de ofrecerle a Chile. Si algo estuviera en nuestras manos, desde el punto de vista humano, por el hermano pueblo chileno, el pueblo de Cuba no vacilaría en hacerlo.

Pienso que la comunidad internacional está en el deber de informar con objetividad la tragedia sufrida por ambos pueblos. Sería cruel, injusto e irresponsable dejar de educar a los pueblos del mundo sobre los peligros que nos amenazan.

¡Que la verdad prevalezca por encima de la mezquindad y las mentiras con que el imperialismo engaña y confunde a los pueblos!

Fidel Castro Ruz
Marzo 7 de 2010
9 y 27 p.m.



Carta de Michael Moore al Presidente Obama‏



Estimado presidente Obama,


¿De veras quiere Usted ser el nuevo “presidente de la Guerra”? Si va a West Point mañana en la noche (martes, 8 pm) y anuncia que lejos de retirar, aumentará las tropas en Afganistán, entonces será el nuevo presidente de la guerra. Así de simple. Y así hará lo peor que Usted puede hacer—destruir los sueños y esperanzas que muchos millones de personas han depositado en su persona. Con el discurso de mañana podría convertir a una multitud de jóvenes que fueron los pilares de su campaña en cínicos desilusionados. Les enseñará que es cierto todo lo que han escuchado siempre—todos los políticos son iguales. Sinceramente, yo no puedo creer que esté a punto de hacer lo que dicen que hará. Por favor, diga que no es cierto.

Su trabajo no es hacer lo que los generales le orienten. Somos un gobierno civilizado. NOSOTROS le decimos al Estado Mayor qué hacer, no al revés. Según el general Washington, así es como debe ser. Eso fue lo que el presidente Truman le ordenó al general MacArthur cuando éste quiso invadir China: “!Está despedido!” dijo Truman. Y Usted debería haber despedido al general McChrystal cuando éste se dirigió a la prensa para decir lo que USTED debía hacer. Permítame ser claro: Amamos a nuestros hijos en las fuerzas armadas, pero odiamos a estos generales, desde Westmoreland en Vietnam hasta…el mismísimo Colin Powell por mentir a la ONU con sus elaborados dibujos de armas de destrucción masiva (desde entonces ha buscado la redención).

Por tanto, ahora se siente acorralado en una esquina. Hace 30 años, en el día de acción de gracias, los generales soviéticos tuvieron una genial idea —“Vamos a invadir a Afganistán” Bueno, esto resultó ser el último clavo en el ataúd de la URSS.

Existe una razón por la que ellos no llaman a Afganistán el “Estado Jardín” (aunque probablemente deberían, al ver cómo el corrupto presidente Karzai, a quien apoyamos, tiene un hermano en el tráfico de heroína). Afganistán es conocido como el “Cementerio de los Imperios”. Si no lo crees, haz una llamada a los británicos. Te diría que llamaras a Genghis Khan pero perdí su número. Por cierto, tengo el número de Gorbachov. Es +41 22 789 1662.

Estoy seguro que él podría darte una reprimenda por el error histórico que está a punto de cometer.


Con nuestro colapso económico en pleno apogeo y nuestros preciados jóvenes siendo sacrificados sobre el altar de la arrogancia y la codicia, la ruptura de esta gran civilización que llamamos América nos conducirá aceleradamente al olvido si Usted se convierte en el presidente de la guerra. Los imperios nunca piensan que el fin está cerca, hasta que lo tienen delante. Los imperios piensan que una mayor maldad obligaría a los paganos a actuar según las normas—y eso nunca funciona.
Elija con cuidado, presidente Obama. Usted sabe que no tiene que ser así. Aún restan unas horas para que escuche a su corazón. Es pensar con claridad. Usted sabe que nada bueno resultará de enviar más tropas al otro lado del mundo, a un lugar que ni ellos ni Usted entienden, en un país que no nos quiere allí. Usted puede sentirlo en sus huesos.

Yo sé que Usted sabe que quedan ¡MENOS de un centenar de miembros del Al-Qaeda en Afganistán! ¿Cientos de miles de tropas para aplastar a unos cientos de chicos que viven en cuevas? ¿Es en serio? ¿Cree en las mentiras de Bush? Me niego a creerlo.

Su potencial decisión de expandir la guerra (si dice que puede hacerlo también puede “terminar esa guerra”) va a hacer más para establecer su legado para siempre en piedra que cualquiera de las cosas que haya dicho o hecho en su primer año. Una piedra más que Usted lance por los Republicanos, y la coalición de la esperanza y la desesperanza pudiera desaparecer—y esta nación estaría nuevamente en manos de los que odian más rápido de los que Usted pudiera gritar “bolsita de té”.

Elija con cuidado, Sr. Presidente. Sus patrocinadores corporativos le abandonarán tan pronto como concluya su mandato y la nación volverá a estar en las seguras manos de los mismos idiotas que cumplen órdenes. Eso puede ser el miércoles en la mañana.

El pueblo aún le quiere. El pueblo aún tiene un rayo de esperanza. Pero el pueblo no va a aguantar más. No podemos hacernos responsables de su derrumbe, una y otra vez, cuando le elegimos por un amplio margen para hacer el trabajo bien hecho. ¿Qué parte de victoria arrolladora es la que no entiende?

No se deje engañar al pensar que el envío de más tropas a Afganistán hará la diferencia, o le ayudarán a alcanzar el respeto de los que odian. Ellos no pararán hasta que este país esté hecho pedazos y cada dólar le sea sustraído a los pobres o aquellos que pronto lo serán. Usted podría enviar millones de tropas allá y la desenfrenada Derecha seguiría inconforme. Usted sería inclusive víctima de su incesante veneno presente en la radio y la televisión porque no importa lo que haga, no puede cambiar la única cosa sobre su persona que los envía al borde.

Los que odian no fueron quienes te eligieron, y no podrás conquistarlos por el hecho de abandonarnos.

Presidente Obama, es tiempo de regresar a casa. Pregúnteles a sus vecinos en Chicago y a los padres de los jóvenes que combaten y mueren si desean más miles de millones de dólares y más tropas destinadas a Afganistán.

¿Qué cree que van a decir? “No, no necesitamos atenciones de salud, no necesitamos trabajo, no necesitamos hogares. Siga adelante, Sr. Presidente, y envíe nuestras riquezas y nuestros hijos e hijas al extranjero, no los necesitamos tampoco.”

¿Qué haría Martin Luther King Jr.? ¿Qué haría su abuela? No enviar más pobres a asesinar otros pobres que no representar ninguna amenaza, eso es lo que harían. No gastar miles de millones de dólares para sufragar guerras cuando hay niños durmiendo en las calles y en las colas para el pan.

Todos los que votamos y rezamos por ti y lloramos la noche tu victoria hemos soportado un infierno de ocho años de crímenes cometidos en nuestro nombre: torturas, capitulación, suspensión de los derechos, invasión a naciones que no nos han atacado, desaparición de vecindarios donde Saddam “supuestamente” estaba (pero nunca estuvo), y masacres en bodas afganas. Observamos como cientos de miles de civiles iraquíes fueron masacrados y decenas de miles de nuestros valientes soldados han sido asesinados, mutilados, o han sufrido angustia mental—un terror que apenas se conoce.

Cuando lo elegimos no esperábamos milagros. Ni siquiera esperábamos muchos cambios. Pero esperábamos algunos. Pensamos que iba a detener la locura, la matanza. Detener la irracional idea de que hombres con armas pueden reorganizar una nación que jamás ha funcionado como nación.

¡Deténgase! Por el bien de la vida de los jóvenes estadounidenses y los civiles afganos. ¡Deténgase! Por el bien de su presidencia, esperanza, y el futuro de nuestra nación. Por el amor de Dios, por favor, ¡deténgase!

Esta noche aún tendremos esperanzas.

Mañana ya veremos. La pelota está en su tejado. Usted NO tiene que hacer esto. Puede ser un perfil de coraje. Puede ser el hijo de su madre.

Contamos con Usted.
Suyo,
Michael Moore

Cambio Climático: ¿Empieza EE.UU. a tomarlo en serio?


Estos días el presidente de los Estados Unidos, senador Barack Obama, y su vicepresidente electo, senador Joe Biden, se reunieron largamente con el vicepresidente Al Gore a tratar el tema del cambio climático.


Gore, que ganara el Premio Nobel de la Paz por su trabajo a favor de la toma de conciencia sobre la urgencia e importancia de este tema, explicó detalladamente la situación global que se vive y expuso su punto de vista sobre las vías de trabajo deseables para tratar de paliar en parte los efectos de la acción del hombre sobre el medioambiente.


Según las propias palabras de Obama, se juntaron “a escuchar y aprender“. Estas declaraciones dibujan un escenario al que no nos tenían acostumbrados las autoridades de Estados Unidos: desde el llano, a nivel del hombre normal que no lo sabe todo, se toman el tiempo para escuchar la opinión de otro que sabe un poco más sobre un tema, para aprender. Digamos, bajar de la estatua para volver a sentarse en el pupitre escolar y así formarse, para después asumir con más base la responsabilidad de administrar un problema.

Aires nuevos, menos mesiánicos y más cercanos, parecen soplar desde Chicago hacia la White House.

Si hay un recurso que no es renovable, éste es el tiempo. Bienvenidas las iniciativas de tomar cartas en el asunto y asumir el rol protagónico que le corresponde a Estados Unidos como principal contaminador del mundo. Esperemos que no sea demasiado tarde.

De todas formas, ¿ no sienten que, inmerso en una erupción de petróleo y sangre,
el mundo ha perdido 8 años ?



Antonio Guerrero se inspira en la historia de Gerardo.

Inspirado en la historia escrita por Alicia Jrapko que publicará Cubadebate, acerca del cuidado que Gerardo le dispensó a Cardenal, el pajarito con el que convivió en su celda de la prisión de alta seguridad de Victorville, California, Antonio Guerrero le dedicó un poema que manos solidarias nos hicieron llegar a nuestra redacción y compartimos con nuestros lectores.


Escribe Tony:

Amigos y amigas: conocen la historia de Gerardo y Cardenal. Nuestra amiga Alicia Jrapko hizo un cuento maravilloso de ella. Hay una foto de Gerardo con su ave amiga que habla por sí sola de la grandeza y la nobleza de este hermano. Este poema surgió tras la lectura de un poema de (Rubén) Darío y del cuento de Alicia.

Espero lo disfruten.

A CARDENAL DE GERARDO


‘Y dijo la paloma:

!Soy feliz!…
porque el alba es mi fiesta
y el amor mi ejercicio y mi batalla’
Ruben Dario.
Cardenal:
Si pudiera
disfrutar de esa brisa
de las tardes que vuelas,
mensajero de liras,
con tu sueno de ave
bajo nubes tranquilas
y te posas cansado
al hombro de una encina
corpulenta y soberbia:
verdor, aroma, vida.
Si me fuera posible
escalar a la cima
del monte que te muestra
estrellas encendidas
en un alegre coro
de notas cristalinas
cantando a medianoche
canciones nunca oidas.
¡Oh, Cardenal!, si al menos
yo tuviera la dicha
de tener a mi lado
dandome su alegria,
derramando su luz,
sus besos, sus caricias
a mi adorada esposa
de hermosura de ninfa,
de gestos de princesa
con sus grandes pupilas
llenas de ansias profundas
y de pasiones vivas.
¡Que feliz, Cardenal,
que feliz yo sería!.

Pero no te preocupes
por tamana injusticia
que prohibe el aliento
rozar por mis mejillas
y a manos que me alivien las tristezas mas intimas.
El cruento gavilán
de zahareña ira
no me devorará
no apagará las chispa
de mis ojos de paz
ni mejor sonrisa
ni la esperanza noble
que a mi esperanza guia.
¡Soy feliz!, bien lo saben
la aurora que me mira
con la luz en la frente,
la tarde mortecina
con rostro de nostalgia,
la noche entristecida
y tu, que tantas horas
me hiciste compañia
en esta celda de alma
fatal y empedernida,
porque amar y amar
con toda mi energía
es mi ejercicio diario
y es mi lucha infinita.
Escrito el 24 de noviembre de 2009
En unidad, con la poesía, la verdad y el amor,
¡Hasta la victoria siempre!
Un abrazo fuerte de los Cinco
Antonio

Poemas dedicados a los Cinco Héroes

Cinco Héroes prisioneros
en las entrañas del monstruo.
Cinco Héroes que injustamente
sufren una condena.

Cinco Héroes que algún día
sabemos que volverán.
Cinco Héroes valerosos
que luchan por la verdad.
René, Ramón, Fernando,
Antonio, Gerardo.


¡Sabemos que volverán!
En representación de los abuelos de la Universidad del Adulto Mayor, Juan Carralero regaló a los pioneros sus décimas por el cumpleaños 46.


4 de abril, fecha hermosa,
día de la fundación
de una Organización
de Pioneros poderosa.

Esa niñez victoriosa
estudia llena de fe
en el futuro porque
se haya marcando su estilo
la enseñanza de Camilo
y todos son como el Che.

Hoy vemos en los pioneros
una poderosa unión,
que simboliza la acción
para tiempos venideros.

Son los relevos certeros
de un sueño que es realidad.
Representan la verdad
de un futuro de esperanza
en nuestra patria que avanza
como un sol de libertad.

Los pioneros de séptimo grado de la Secundaria Básica “Comandante Eduardo Bernabé Ordaz”, declamaron sus décimas a coro:

Quieren mantener aislados
en cárceles sin razón
a Cinco Héroes que son
titanes multiplicados.

Del mundo llega el reclamo
de manera solidaria,
porque en esta lucha diaria
sus ideas andan juntas
igual que las cinco puntas
de la estrella solitaria.

Cuba frente al terrorismo,
que en el mundo prolifera,
pone en alto la bandera
invicta del socialismo.


Le dice al Imperialismo
que la patria está de pie,
porque aquí vibra la fe
de un pueblo en Revolución,
por Fernando y por Ramón
Gerardo, Antonio y René.

Los pioneros de hoy rindieron homenaje a cinco pioneros de ayer que se convirtieron en Héroes


La Historia de 5 Héroes

¿Quiénes son los Cinco Héroes cubanos encarcelados en Estados Unidos?

Cinco jóvenes profesionales que decidieron dedicar sus vidas, lejos de su patria, a la lucha contra el terrorismo en la ciudad de Miami, centro principal de las agresiones contra Cuba. Gerardo Hernández, René González, Ramón Labañino, Antonio Guerrero y Fernando González son absolutamente inocentes




Antonio Guerrero (Miami,1958) Ingeniero en Construcción de Aeródromos, poeta, dos hijos. Fernando González (La Habana, 1963), casado, graduado del Instituto de Relaciones Internacionales (ISRI), del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba. Gerardo Hernández (La Habana, 1965), casado, graduado del ISRI, caricaturista. Ramón Labañino (La Habana, 1963), casado, tres hijas, graduado de Licenciatura en Economía en la Universidad de La Habana y René González (Chicago, 1956), casado, dos hijas, piloto e instructor de vuelo.






» Gerardo Hernández Nordelo, sentenciado a dos cadenas perpetuas por conspiración para cometer asesinato en primer grado y conspiración para cometer espionaje, respectivamente. Además, 15 años por los cargos de conspiración para cometer delito contra Estados Unidos, documentación falsa y agente extranjero sin previa declaración al Fiscal de Estados Unidos.




» Ramón Labañino Salazar, condenado a cadena perpetua por el cargo de conspiración para cometer espionaje, más 18 años por los cargos de conspiración para cometer delito contra Estados Unidos, documentación falsa y agente extranjero sin previa declaración al Fiscal de Estados Unidos.




» Antonio Guerrero Rodríguez, sentenciado a cadena perpetua por conspiración para cometer espionaje, más 10 años por los cargos de conspiración para cometer delito contra Estados Unidos y agente extranjero sin previa declaración al Fiscal de Estados Unidos. 




» Fernando González Llort, 19 años de prisión por conspiración por cometer delito contra Estados Unidos, documentación falsa y agente extranjero sin previa declaración al Fiscal de Estados Unidos. 




» René González Sehwerert, 15 años de privación de libertad por los cargos de conspiración para cometer delito contra Estados Unidos y agente extranjero sin previa declaración al Fiscal de Estados Unidos.




¿Por qué estaban en Estados Unidos?



Partieron hacia ese país para obtener información sobre los planes de las organizaciones terroristas que tienen su base de operaciones, desde hace muchos años, en la ciudad de Miami, entre ellas, la Fundación Nacional Cubano-Americana (FNCA), El Consejo para la Libertad de Cuba (CLC), Hermanos al Rescate, Movimiento Democracia, Alpha-66 y otras muchas de conocida trayectoria delictiva.



Entre las actividades terroristas de esos grupos se cuentan numerosos sabotajes y agresiones contra Cuba, con un saldo de miles de muertos, heridos y grandes pérdidas económicas, contrabando de armas, drogas y personas e incluso, han fraguado cientos de planes para tratar de asesinar al presidente cubano Fidel Castro y realizado acciones terroristas en el propio territorio estadounidense y en terceros países.



Violaciones del proceso judicial 



Los cinco fueron sometidos a un juicio manipulado en la propia ciudad de Miami, completamente hostil y dominada por la mafia de origen cubano, donde era imposible realizar un proceso justo e imparcial, a tenor con las propias leyes de los Estados Unidos y del Derecho Internacional. Los sectores anticubanos desataron una falaz e intensa campaña propagandística para presionar a la opinión pública de Miami y al jurado, lo que fue reiteradamente denunciado por los abogados de la Defensa, quienes presentaron varias mociones de solicitud de un cambio de sede que fueron rechazadas.

Lo anterior viola la letra de la Quinta Enmienda de la Constitución de Estados Unidos que expresa: “...a nadie se le privará de la libertad sin el debido proceso legal...” y también se viola la Sexta Enmienda que señala: “...en toda causa criminal, el acusado gozará de ser juzgado rápidamente y en público por un jurado imparcial...”



Durante todo el proceso legal las autoridades obstaculizaron el trabajo de la Defensa al demorar y limitar el acceso solo al 20 % de la documentación sospechosamente clasificada como secreta y aún, cinco años después, se les impide acceder a esos miles de documentos para sustentar el proceso de apelación.





¿Por qué son inocentes? 



Son Inocentes: Gerardo Hernández, René González, Ramón Labañino, Antonio Guerrero y Fernando González son absolutamente inocentes. Se les condenó exclusivamente por haber luchado, a riesgo de sus vidas, contra grupos terroristas que operan libremente en Miami. Las actividades criminales de esos grupos constan en documentos oficiales norteamericanos y han sido reflejadas por la prensa e incluso reconocidas públicamente por sus propios autores.



Con sus condenas y reclusión ha tenido lugar una Violación de la VIII Enmienda de los EE.UU.: Han sido sometidos a condiciones de reclusión crueles e inusuales al mantenerlos en confinamiento solitario por dos períodos (el primero de 17 meses y el segundo de 48 días) lo que obstaculizó gravemente su defensa y les ha ocasionados a ellos y sus familiares sufrimientos injustificables que constituyen fragrantes violaciones a los Derechos Humanos. El aislamiento que se les impuso es contrario a las normas de la ONU sobre el tratamiento a los presos y detenidos. En el caso de la hija menor de René González, de ciudadanía norteamericana, se ha estado violando en especial la Declaración de los Derechos del Niño dictado por la ONU.

Violaciones Judiciales: Durante el juicio el Gobierno clasificó todas las supuestas "pruebas" como secretas e hizo que fueran tratadas de acuerdo a la Ley de procedimiento de la información clasificada (CIPA) lo cual hizo más difícil la labor de la defensa. No se accedió a la solicitud de que fueran considerados documentos oficiales relevantes para el esclarecimiento de los hechos, con lo cual se ignoró la Ley de Libertad de Información (FOIA).



Presiones: Manipulación de testigos y presión abierta sobre varios de ellos por parte de la fiscalía en el tribunal y por medios de prensa para evitar que revelasen informaciones útiles para la defensa.



Carácter irracional de las sentencias: La jueza no aceptó ninguna de las atenuaciones sugeridas por los funcionarios probatorios y acogió las agravaciones solicitadas por la fiscalía.



Violaciones de derechos: Los cinco compatriotas son prisioneros políticos y se le niega tal condición. Se le mantiene sujetos a un régimen de delincuentes comunes.



Venganza en las sentencias: Gerardo fue condenado a dos cadenas perpetuas y 15 años; Ramón a una cadena perpetua y 18 años; Antonio a una cadena perpetua y 10 años; Fernando a 19 años y René a 15 años.



Arbitrariedades: Sufren cadenas en cinco cárceles ubicadas en lugares distantes entre sí en el territorio de EE.UU., lo cual hace sumamente difíciles sus contactos con familiares y amigos y les imponen así condiciones perores de las que sufren el resto de la población penal.



Violaciones de Estado: Al juzgar la decisión ejecutada el 24 de febrero de 1996, cuando en legítima defensa por la República de Cuba fueron derribadas dos avionetas violadoras del espacio aéreo nacional de Cuba, el tribunal (que culpó a Gerardo Hernández por ello), además, violó la Doctrina del Acto de Estado que ha sido clara y reiteradamente reconocida por la Corte Suprema de Estados Unidos. Al juzgar la conducta del Estado Cubano, el Tribunal de Miami violó el Derecho Internacional.



Consecuencias: Todo este proceso ha constituido un escandaloso respaldo a los grupos terroristas anticubanos que operan en Miami. Los cabecillas terroristas han celebrado públicamente su "victoria" y han manifestado abiertamente el estímulo que este proceso significa para sus actividades criminales.